Cuentos Peruanos:
Leyenda de la Playa Yasila (http://xn--cafhablante-dbb.fr/Textos/Cuentos/Textos_Cuentos_Peruanos/Audio/La%20playa%20de%20Yasila.mp4 )
Yasila
es una atrayente playa situada en las proximidades de Paita. Acerca del origen
de este nombre unos dicen que viene de dos palabras que se unieron. Un joven
llamado Zila vivía en esa playa, y cuando sus familiares lo llamaban, le decían
«Ya, Zila», y al unirse estas dos palabras, llamaron a esta atrayente playa
Yasila.
Según otros, el origen de la palabra se remonta a los tiempos del último inca de
una región llamada Chinchasuyo. Había entonces una familia muy respetada y en
ella siempre se destacaba el hijo mayor como sabio, o sea,
amauta.
En aquel tiempo la tribu nombró como cacique a un hombre llamado Yucay, el cual
era enemigo del amauta.
Siempre, desde su infancia, el hijo de la familia se había distinguido por su
ingenio, es decir, el hijo de la familia respetada. Este hijo era entonces
Huayna, contemporáneo de Yucay. En cambio Yucay era envidioso, y siempre buscaba
la forma de deshacer el trabajo de Huayna, pero este, que era más hábil que
Yucay, lograba evitarlo.
Pasaron algunos años hasta que Yucay se destacó como guerrero y lo elevaron a
cacique. Lo primero que hizo fue expulsar a la familia de Huayna, y ordenó que
se retiraran en secreto, durante la noche.
La familia de Huayna se componía de siete personas, y salieron en más de cien
llamas, pues se les permitió que llevaran sus tesoros. El viaje fue penoso,
hasta que llegaron a una playa solitaria. Y sintieron temor; pero luego se
acostumbraron a la soledad, y decidieron quedarse. Y empezaron a construir sus
viviendas.
Pero como la felicidad nunca es duradera, cierto día unos indios desconocidos,
incivilizados, llegaron a perturbarles su tranquilidad, atacándolos. Ellos
pensaron en salvarse y se embarcaron en un gran bote, gimiendo y pidiendo ayuda.
Mas, viendo que todo era inútil, resolvieron callarse.
La familia de Huayna continuó navegando en su canoa, cantando himnos al Sol, y
en sus estrofas decían varias veces: «Yasila, Yasila». De allí que la gente de
aquellos tiempos optó por llamarle a este lugar Yasila.
Amauta: nombre de los que tenían a cargo la educación de los jóvenes nobles del imperio inca.
Las linternas - La Libertad ( http://xn--cafhablante-dbb.fr/Textos/Cuentos/Textos_Cuentos_Peruanos/Audio/Las%20Linternas.mp3 )
Cuentan
que un señor tenía su hacienda llamada Semán. Este señor tenía sus chacras en
las cuales estaban trillando; y por temor a que le robaran el arroz, mandó a
diez guardianes; ellos entraron en una choza y se sentaron en rústicos asientos;
todos tomaron café; después, nueve de ellos se fueron a resguardar los campos de
arroz, dispersándose de tres en tres. El décimo guardián se quedó en la choza,
cuidando por los alrededores de esta; al cabo de un momento se le presentó el
capataz y le dijo, en un tono burlesco: «Hijo mío, ¿ves tú lo que yo veo?».
«¿Qué es lo que usted ve y yo no veo?», fue la respuesta del guardián.
Aquel respondió: «Mira por la cima de los montes y cuenta las linternas». El
guardián obedeció, y miró hacia ellas y con gran sorpresa exclamó: «Pero, ¿estoy
soñando o es verdad lo que veo?». «Ciertamente, es verdad», respondió el
capataz. «Aquella linterna que ves, cuya llama es de color rojo intenso, no es
una linterna como las nuestras, ella está encantada, y si quieres convencerte
vamos a seguirla y verás adonde nos lleva». Y ambos, armados con sus machetes y
palas, se encaminaron a la búsqueda. Pero sucedió algo extraño; conforme se iban
aproximando, la linterna se retiraba más y más. Dándose cuenta el capataz y el
guardián que se habían retirado de la choza más de la cuenta, al ver que era
grande la distancia, se detuvieron. La linterna, poco a poco, se fue
transformando en un toro de oro que subía hasta la plataforma de una huaca; una
vez que llegó allí, comenzó el toro a mugir, haciendo temblar totalmente la
huaca. Dicen que esta linterna está encantada y se pasea por todos esos sitios.